CONTRA EL BIOGRAFISMO EN EL ANÁLISIS DE POESÍA/ CFC
Reducir el texto poético a una página biográfica constituye un craso error. Claro está que el crítico debe conocer la biografía del autor, pero la poesía es una ficción y, por lo tanto, no se debe confundir el locutor (instancia que habla en el poema) con el autor real, persona de carne y hueso que tiene nacionalidad, documento de identidad y pasaporte. Uno de los ejemplos más ostensibles de biografismo se da en la crítica de Luis Alberto Sánchez, quien se concentró más en la vida de los poetas coloniales que en la obra de éstos. Pienso que es conveniente separar a la obra de la trayectoria vital de su autor. Uno de los primeros que realizó este procedimiento fue el psicólogo suizo Carl Gustav Jung en su artículo “Psicología y poesía” (Formaciones de lo inconsciente. Barcelona, Paidós, 1982, p. 24): “La gran obra de arte es objetiva e impersonal, y sin embargo nos toca en lo más profundo. Por lo tanto, lo personal del poeta es meramente ventaja u obstáculo pero nunca esencial para su arte. Su biografía personal puede ser la de un filisteo, de un hombre cabal, de un neurótico, de un loco o un delincuente, interesante e inevitable, pero no esencial respecto de su arte”.
Reducir el texto poético a una página biográfica constituye un craso error. Claro está que el crítico debe conocer la biografía del autor, pero la poesía es una ficción y, por lo tanto, no se debe confundir el locutor (instancia que habla en el poema) con el autor real, persona de carne y hueso que tiene nacionalidad, documento de identidad y pasaporte. Uno de los ejemplos más ostensibles de biografismo se da en la crítica de Luis Alberto Sánchez, quien se concentró más en la vida de los poetas coloniales que en la obra de éstos. Pienso que es conveniente separar a la obra de la trayectoria vital de su autor. Uno de los primeros que realizó este procedimiento fue el psicólogo suizo Carl Gustav Jung en su artículo “Psicología y poesía” (Formaciones de lo inconsciente. Barcelona, Paidós, 1982, p. 24): “La gran obra de arte es objetiva e impersonal, y sin embargo nos toca en lo más profundo. Por lo tanto, lo personal del poeta es meramente ventaja u obstáculo pero nunca esencial para su arte. Su biografía personal puede ser la de un filisteo, de un hombre cabal, de un neurótico, de un loco o un delincuente, interesante e inevitable, pero no esencial respecto de su arte”.
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Saludos,