LAS ACTAS DEL COLOQUIO INTERNACIONAL SOBRE EL INCA GARCILASO DE LA VEGA


El año pasado se cumplieron cuatro centurias de la publicación de la primera parte de Comentarios reales (1609) del Inca Garcilaso de la Vega. Cusqueño universal, fino traductor, hablante nativo del quechua y prosista excepcional de matriz renacentista, Garcilaso es (y será) un nombre imprescindible en las letras peruanas. La Academia Peruana de la Lengua y la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres organizaron, en 2009, un congreso internacional cuyo título no deja de ser sugestivo: Las palabras de Garcilaso. Porque si algo dominó el hijo de Chimpu Ocllo y de un capitán español, fue el intrincado arte del lenguaje y lo domesticó con inigualable maestría.

Ahora tengo, entre las manos, las Actas del Congreso Internacional "Las Palabras de Garcilaso" (APL y USMP, 2010), donde se consignan las ponencias que se presentaron en aquel coloquio que congregó a expertos de la talla de Rodolfo Cerrón-Palomino, Raquel Chang-Rodríguez, Miguel Maticorena, Juan Ossio, Luis Millones, entre otros.

La lectura de este volumen de más de quinientas páginas da la sensación de que la obra del cronista mestizo sigue motivando reflexiones de la más variada índole. Hay lecturas filosóficas (como la de José Ignacio López Soria), antropológicas (como la de Millones), filológicas (Cerrón-Palomino, verbigracia), históricas (Miguel Maticorena) e interpretaciones a partir de la teoría de género (Sara Beatriz Guardia), de la traductología (Luis Jaime Cisneros), del Derecho (Rosa Carrasco) y de la política (Mercedes Serna). La lista es casi infinita y evidencia como la crónica del Inca Garcilaso puede ser entendida como una obra abierta que posibilita innumerables exégesis.

Cerrón Palomino investiga una redondilla que aparece en Comentarios reales: "Al cantico/ Dormirás/ Media noche/ Yo vendré" y pone de relieve cómo las ediciones posteriores han privilegiado equivocadamente "cántico" en vez de "cantico" (borde, extremidad o punta). Este yerro ha llegado a las traducciones al inglés ("to this my song") o al francés ("au chant").

Luis Jaime Cisneros asedia la labor de traductor que cumplió, con tanto brillo, Garcilaso e indaga la influencia de Vives en el humanismo renacentista en el mal llamado Nuevo Mundo. La traducción de Diálogos del amor de León Hebreo muestra que Garcilaso quería ser "considerado también dentro de la sociedad culta que tiene en menosprecio al indígena" (p. 107).

Miguel Maticorena, en un sesudo estudio, informa que él encontró el manuscrito dictado por Gonzalo Silvestre, quien estuvo en el Perú, luchó en la Guerra de las Salinas y bregó contra Diego de Almagro en 1538. El historiador sanmarquino demuestra que Garcilaso reelaboró la historia en La Florida del Inca agregando centenares de páginas y revelando una capacidad de fabular verdaderamente extraordinaria.

Hay muchas ponencias sumamente interesantes. Ello manifiesta que la obra del Inca Garcilaso, nuestro primer mestizo, está viva y se erige en uno de los pilares más sólidos de la construcción de la nacionalidad en el Perú.

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