UNA INTENSA NOVELA DE SELENCO VEGA


La Cámara Peruana del Libro convocó el año pasado al premio de novela breve y el ganador fue Selenco Vega Jácome (Lima, 1971) con su relato Segunda persona (Lima: Mesa Redonda Editores, 2009). La novela cuenta las travesías de Ernesto Valdivia, quien mantiene una relación amorosa con Alejandra y padece las desavenencias de un hogar quebrado a causa, en parte, de la infidelidad de su madre y del carácter autoritario de su padre. El personaje principal simula una inclinación heterosexual y así oculta su homosexualismo. Se trata de un conflicto entre el ser y el parecer. Se aparenta un tipo de orientación sexual con el fin de evitar la sanción moral y, de ese modo, el protagonista busca que su vida esté gobernada por ciertos patrones aceptados por las convenciones sociales.

El relato en segunda persona permite que el narrador se instale en la conciencia del personaje y devele los más complejos mecanismos de la introspección psicológica. Es decir, el recurso gramatical anclado en el "tú" no es un mero ejercicio retórico, sino que permite adentrarse en la compleja personalidad de Ernesto Valdivia.

A la par, Vega construye metáforas de gran sugestividad. La primera, la del pirómano que profundiza en la connotación simbólica del fuego, asociado a la muerte, pero también a la regeneración: "Detrás de las cortinas de la habitación del pirómano hay una luz que brilla con intermitencia, como si estuviera viva. Es una vida maligna, percibes; una fuente de luz que, para continuar existiendo, devora papeles, ropas, trajes sintéticos y toda suerte de material inflamable, cuyo olor fue el que se entrometió en tu sueño de esta noche" (p. 16).

La segunda metáfora es la de una polilla de una fábula hindú que se "siente atraída por la brillante luz de una fogata, tanto que decide desafiar al calor del fuego" (p. 17), pero que, al final, será presa de la llamarada. En ambas imágenes (polilla y pirómano) notamos la fragilidad de los seres vivos que rozan la esfera del deseo: desean, pero temen; a veces, se ven arrastrados, en contra de su voluntad, hacia el abismo.

Sin embargo, aflora la tercera metáfora: una araña que camina "entre las rumas de los libros depositados sobre la mesa del recibidor" (p. 29). En ella anida un pavor a la muerte. Se trata de una escena en la biblioteca donde Ernesto conversa con los libros y las almas; descubre las profundidades de su ser. Mas, a la vez, es un ámbito de lucha porque los empleados de aquella biblioteca tratan de bregar contra la tiranía de la nueva directora. Lo individual y lo colectivo, pues, se unimisman en el tejido del relato.

Una intensa novela de Selenco Vega. Se observa la predilección por cincelar el lenguaje, pero también una vena poética irreprochable. Obra breve, pero que invita a la reflexión, que, como diría Borges, es sinónimo de goce. Me sorprende, en particular, la musicalidad de la prosa de Vega: el lector no sabe si está ante un poema o ante un relato. Quizá debiéramos dejar de clasificar los textos y contemplar la marea, un racimo de vocablos que nos sumerge en universos insospechados.

Comentarios

Unknown dijo…
Con la precision de siempre el profesor Fernandez Cozman nos invita a la lectura de esta novela, que por su análisis resulta muy interesante. Patricia Lavalle
Anónimo dijo…
profe comente más novelas, libros y poemarios. Debería actualizar más seguido su blog porque hay pocos críticos de su capacidad.
Saludos desde Trujillo.
Luis Honores.
Anónimo dijo…
De acuerdo con el anónimo anterior prof. Fernández. Sus lectores quiséramos la oportunidad de leer más seguido reseñas suyas sobre poemarios y también otros géneros literarios. A propósito, creo que es la primera novela que comenta en su blog, verdad?
Estimados amigos anónimos: espero actualizar mi blog más seguido. Entre hoy y mañana publicaré otra reseña. Un saludo. Camilo

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